Bajo la presión absoluta de los ministros rebeldes que la amenazaron con renunciar en masa si no retrasaba el Brexit, la primera ministra británica Theresa May debió aceptar este martes un cambio de estrategia. Se comprometió a que los diputados voten por un No Acuerdo o por un retraso del Brexit y la extensión del artículo 50, que implica el divorcio de la Unión Europea, en un calendario consecutivo.
“O retrasa el Brexit o nosotros nos vamos”. Este fue el ultimátum de los ministros del gabinete a Theresa May esta mañana. Tres de los ministros más importantes, entre ellos Ambar Rudd, que es la secretaria de pensiones, una de las candidatas a reemplazar a May, se plantaron para evitar el No Acuerdo.
En una Cámara de los Comunes repleta y tensa, y luego que el laborismo aceptara ayer un segundo referéndum para buscar resolver el psicodrama político, económico y social del Brexit, la primera ministra británica admitió que si los diputados no apoyan el No Acuerdo, ella va a poner a votación la extensión del artículo 50. Es esa alternativa o elecciones generales para ella.