Carmen Montón, ministra española de Sanidad, presentó este martes su dimisión tras revelarse una serie de irregularidades en la obtención de un máster universitario.
«Le he comunicado al presidente del gobierno mi dimisión como ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar social», anunció Montón, de 42 años. Es la segunda dimisión que sufre el gabinete socialista de Pedro Sánchez, desde su llegada al poder a principios de junio.
María Luisa Carcedo, alta comisionada para la lucha contra la pobreza infantil, será su reemplazo en el cargo.
Montón ofreció una breve conferencia de prensa sin preguntas en la que reivindicó su gestión en estos 100 días. «Hemos recuperado la asistencia sanitaria universal. Hemos sentado bases para la aprobación de una ley de protección integral contra la violencia en la infancia. Es un buen balance para los primeros 100 días», aseguró.
El caso Montón es el último en una serie de escándalos protagonizados por políticos españoles, sospechosos de obtener másteres universitarios de manera fraudulenta o mediante un trato de favor.
Entre ellos está el líder de la oposición conservadora, Pablo Casado, quien obtuvo un controvertido máster en la misma universidad que Carmen Montón, la Rey Juan Carlos de Madrid.
La polémica en torno a Casado parece haber influido en la renuncia de Montón. Y es que si ésta se hubiera aferrado al cargo, el gobierno socialista, minoritario en el Parlamento, se habría privado así de «una vía de crítica a la oposición, que era relevante», comentó el analista político Pablo Simón.
La presión se acumuló durante la jornada sobre la ministra, licenciada en Medicina y titular de un máster en estudios de género por la Universidad Rey Juan Carlos, obtenido cuando era diputada.
Tras unas primeras revelaciones el lunes, este martes se supo que al cierre del curso, en junio de 2011, una de las asignaturas constaba como «no presentado», pero en noviembre de ese año se convirtió de repente en un «aprobado».
La universidad reconoció que hubo una manipulación de notas, y que estaba revisando el expediente «asignatura por asignatura para depurar responsabilidades».
La propia Montón admitió la manipulación en una entrevista y se defendió diciendo que eso «escapa a [su] ámbito de responsabilidad».
La anterior renuncia fue la del ministro de Cultura, Maxim Huerta, quien se marchó al cabo de sólo seis días en el cargo después de trascender que fue sancionado por irregularidades pasadas en su declaración de impuestos.
La dimisión alarga la lista de casos similares entre políticos españoles, y agrava aún más la imagen de la universidad Rey Juan Carlos, epicentro del escándalo conocido como el «mastergate«.