El atentado del 18 de julio de 1994 dejó un saldo de 85 muertos y más de 150 heridos. Este año, el acto contará con la presencia de Javier Milei y se realizará con la expectativa sobre el desarrollo del Juicio en Ausencia, ya que el juez Daniel Rafecas decidió avanzar utilizando dicha modalidad judicial.
La comunidad judía realiza este viernes el acto de repudio al ataque terrorista a la sede de la AMIA al cumplirse el 31° aniversario, en una actividad que contará con la presencia del presidente Javier Milei, junto a funcionarios nacionales y porteños, para rendir homenaje a las 85 víctimas.
Bajo el lema “La impunidad sigue; el terrorismo también”, se efectuará el acto central organizado en forma conjunta por la AMIA, la DAIA y los familiares de las víctimas, que comenzará con el sonido del shofar a las 9:53 en Pasteur 633, en el horario en que estalló el coche bomba en la sede de la mutual judía.
Además de Milei, asistirán ministros del Poder Ejecutivo, funcionarios porteños, diputados nacionales y provinciales, así como dirigentes comunitarios, y estará conducido por Mariana Fabbiani, mientras que el orador central será el presidente de la AMIA, Osvaldo Armoza.
También hablarán familiares de las víctimas y se proyectará el video “Aniversario” con relatos del actor Ricardo Darín, en tanto el espacio musical estará a cargo de Germán “Tripa” Tripel.
El acto se realizará con la expectativa sobre el desarrollo del Juicio en Ausencia, ya que el juez Daniel Rafecas decidió utilizar ese sistema judicial en base a la ley sancionada por el Congreso en febrero de este año.
Rafecas resolvió el pasado 26 de junio que se llevará adelante un Juicio en Ausencia contra los diez acusados, ex funcionarios iraníes y miembros de Hezbollah que permanecen prófugos desde hace décadas.
La medida fue adoptada a pedido de la Unidad Fiscal AMIA y se fundamenta en la reciente sanción de la ley que habilita a avanzar en procesos penales cuando los imputados eluden sistemáticamente a la Justicia.
Según la investigación judicial, el atentado del 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y más de 150 heridos, habría sido planificado por altos funcionarios del régimen iraní y ejecutado con el apoyo logístico y operativo de Hezbollah, tanto en la Argentina como en la zona de la Triple Frontera.
Esa resolución establece que los acusados fueron declarados en rebeldía hace años, están plenamente informados de su situación procesal y nunca respondieron a los reiterados pedidos de extradición.
La AMIA sostuvo en un comunicado que “declarado por la Justicia argentina como un ‘crimen de lesa humanidad’ y por lo tanto imprescriptible, el atentado del 18 de julio de 1994 supuso una grave violación a los derechos humanos”.
El Congreso de los Estados Unidos rindió homenaje ayer por primera vez a las 85 víctimas del atentado en el edificio Rayburn de la Cámara de Representantes, bajo la organización conjunta de la oficina del Presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de los Estados Unidos, la Embajada Argentina en Washington y la AMIA.
El relato de las familias
Sofía Guterman es mamá de Andrea, quien el 18 de julio de 1994 falleció en el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). A 31 años del hecho, los familiares y sobrevivientes siguen bajo la misma lucha y sostienen que, si no hay condenados, “será la ausencia definitiva de justicia”.
Andrea Guterman tenía 28 años, estaba de novia y era maestra. Pocos meses antes de la autobomba se había quedado sin trabajo por la privatización de Obras Sanitarias, motivo por el cual comenzó a recorrer las calles de la ciudad para encontrar un nuevo empleo.
Ese 18 de julio se acercó hasta la bolsa de trabajo que ofrecía la AMIA, sobre la calle Pasteur al 600, pero todo se convirtió en desolación. A las 9:53 una bomba explotó y provocó 85 muertes y decenas de heridos. Detrás del atentado está la “organización de origen libanés Hezbollah, con autorización, directivas y financiamiento de quienes por entonces se encontraban a cargo del gobierno de la República Islámica de Irán y de la representación diplomática de ese país en la Argentina”.
En declaraciones , Sofía se expresó sobre la causa: “No teníamos ni la más mínima idea de cómo había que proceder en la parte judicial, tuvimos que aprender, a estudiar, a leer, de ser personas dedicadas a nuestro hogar, a nuestras profesiones. Tuvimos que aprender a discutir. Luchamos mucho para que haya justicia, algo que todavía no ocurrió”.
“Los años se fueron sucediendo, hemos recurrido siempre a la memoria como una forma de justicia. Se pensó que el juicio en ausencia podía ser un camino, pero no se sabe si podrá ser así el resultado”, manifestó Sofía.
“Esperemos que algún día pueda haber justicia y sean condenados, pero si eso no se llega a dar, va a ser muy serio porque sería como la ausencia definitiva de justicia”, destacó respecto a la posible definición de la causa en un juicio por ausencia.
“Es todo muy doloroso, es muy triste, 85 personas, entre ellas una criatura de 5 años, que no pudieron seguir viviendo, no pudieron cumplir sueños. Queremos justicia, sabemos que no devuelve lo que se perdió, pero es algo que necesitan, los muertos también tienen sus derechos”, agregó.