El presidente italiano, Sergio Mattarella, se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, para que analice la posibilidad de un acuerdo entre los “grillinos” y el partido Democrático de centroizquierda, ampliamente derrotado en los comicios parlamentarios.
La mayoría de los analistas políticos creen que ese acuerdo no será posible por la férrea posición de Matteo Renzi, quien controla más de la mitad de los diputados y senadores.
Luego de casi 2 meses de negociaciones infructuosas, llevadas adelante por la presidente del Senado, el único camino que queda abierto antes de que el presidente deba disolver las cámaras y llamar a nuevas elecciones generales, es la posiblidad de un gobierno “del presidente” o de “todos adentro”, como lo califica la prensa.
Desde ya, Berlusconi y el partido Democrático, los dos grandes derrotados de las elecciones del 4 de marzo, aceptan cualquier cosa en esta vida menos ir de nuevo a elecciones donde todos los pronósticos aseguran que serán más apaleados todavía.


