El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos emitió una alarma antiterrorista por riesgo persistente de violencia a lo largo del país, impulsada por extremismo interno con motivaciones ideológicas.
La alerta advierte que el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, tras el rechazo de algunos grupos violentos a la elección del presidente Joe Biden, puede instar a un escenario de ataques adicionales.
Los extremistas podrían ser supremacistas blancos y el aviso de riesgo tendrá vigencia al menos hasta el próximo 30 de abril.
Aunque no apunta a un ataque inminente vinculado a un hecho específico, señala «un entorno de mayor amenaza».
Asegura que las motivaciones van desde ira por las restricciones impuestas para tratar de contener la pandemia del Covid-19 y el uso de la fuerza por parte de la Policía, hasta los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 que dieron la victoria a Joe Biden, instados por informaciones infundadas sobre un supuesto fraude electoral.
«El asalto del 6 de enero al Capitolio, las trágicas muertes y la destrucción que ocurrieron subrayaron lo que sabemos desde hace mucho tiempo: el aumento del extremismo violento doméstico es una amenaza seria y creciente para la seguridad nacional. La administración Biden enfrentará esta amenaza con los recursos necesarios», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
El boletín también cita «tensiones raciales y étnicas de larga data, incluida la oposición a la inmigración», como impulsores de los posibles ataques. Todo instado por “extremismos ideológicos”.