Este lunes por la tarde el rector Roberto Rovere y su vice, Jorge González, asumieron un nuevo mandato al frente de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Rovere adelantó que los ejes de su gestión serán la profundización de la inclusión educativa, la producción de conocimientos sobre las prioridades contextuales y un sentido direccionado hacia la transformación social.
La fórmula Rovere-González se impuso en las cinco facultades y en todos los claustros: nodocentes, graduados, estudiantes y docentes, obteniendo el 49,82 por ciento de los votos. La dupla estará al frente de la casa de altos estudios durante los próximo cuatro años, hasta mayo de 2023.
Preocupación y compromiso
En su discurso de asunción, el rector puntualizó que la realidad actual está “signada por diferencias económicas, tecnológicas y sociales profundizadas en los últimos años, la falta de igualdad de oportunidades que afecta especialmente a jóvenes y adultos mayores; las limitaciones en el acceso a los derechos básicos, al trabajo, a la salud, a la educación en general y a la educación superior en particular; la situación crítica, manifestada por la destrucción de la industria nacional, la devaluación y privatización permanente de lo público; la degradación de los derechos laborales y previsionales, el consecuente aumento de la desocupación, marginación y exclusión”.
“Frente al empobrecimiento día a día no sólo a la economía nacional, sino que, sumado al enorme endeudamiento del país se hipotecan las posibilidades futuras para encontrar una salida desde modelos sustentados en la inclusión y la emancipación social y política”, señaló.
Y remarcó: “La Universidad Pública no puede quedar ajena a esta situación; porque como institución educativa y constructora de conocimiento, debe asumir un claro compromiso en la senda de una transformación socio-cultural, económica y política, adoptando a la libertad y a los derechos como su principal bandera”.
“En este contexto, nuestro compromiso en este nuevo período de gobierno, se expresa en la profundización y ampliación de nuestras políticas institucionales definidas en términos de la inclusión educativa con calidad en la formación, producción de conocimientos sobre las prioridades contextuales y un sentido direccionado hacia la transformación social, Y, sobre todo con un mayor énfasis en los paradigmas que aporten a la construcción de conocimiento crítico que, nos oriente a impulsar alternativas superadoras desde un modelo sustentado en una democracia real, la emancipación y la soberanía. Hoy, la Universidad debe posicionarse como alternativa. Debemos entender, que los logros más trascendentes que podamos alcanzar van a llegar de la mano del reconocimiento de que todos, somos protagonistas de nuestra historia”, remarcó Rovere.
Defensa de la autonomía
A su turno, el vicerrector González dijo que esperan que el próximo gobierno tenga otra mirada sobre la educación pública y si continúa el actual gobierno “que modifique su posición actual sobre las universidades”.
González manifestó: “Nos hemos posicionado con esfuerzo y convicción para poder sostener los embates contra la educación pública y gratuita, y resguardarla de los ataques de poderes facticos siempre propensos a la búsqueda de nichos que generan contradicciones y separaciones abruptas en la sociedad”. Acotó: “Se ataca la gratuidad, diciendo que no genera comportamientos comprometidos por parte de los estudiantes, y se agrega que no realizan el esfuerzo necesario para graduarse”.
“La autonomía que, desde principios del siglo pasado, signó fuertemente la identidad de la universidad argentina, se significa como otro escollo, ante lo cual aparecen algunos organismos internacionales que oportunamente y con la anuencia de sus representantes internos, intentan implantar una modalidad de gestión para limitar esa autonomía, en procura de sus propios intereses sectoriales y asegurarse nuevas formas que, seguramente no son aquellas que nuestra sociedad ya definió. Atentan así contra la igualdad de oportunidades y van en desmedro de la inclusividad”, subrayó el vicerrector.
Y siguió: “Consideramos a la autonomía como fundamental en el sistema universitario, la expresión de ideas y de pensamiento crítico y libre para abordar las problemáticas sociales. El pensamiento crítico, denunciante de las contradicciones, de las injusticias y las hegemonías impositoras, debe ser el motor que moviliza la formación, la investigación y la vinculación con las problemáticas relevantes de nuestro contexto local, regional y nacional, para articularnos con el mundo”.