El huracán Michael, que dejó un reguero de destrucción en el sureste de Estados Unidos, se cobró hasta el momento 14 muertos en cuatro estados antes de internarse este viernes en el océano Atlántico, aunque las autoridades temen que la cifra de víctimas aumente mientras avanzan las tareas de rescate.
El número de muertos se elevó al sumarse dos nuevas víctimas en Carolina del Norte, y uno en Georgia.
En total las víctimas mortales reportadas son cuatro en Florida, dos en Georgia, entre ellas una menor de 11 años, tres en Carolina del Norte y cinco en Virginia, en donde las autoridades confirmaron que cuatro de los fallecimientos fueron por ahogamiento.
Unos 2.000 efectivos de la Guardia Nacional de Florida continuaban trabajando en las operaciones de recuperación, a los que se sumaba la labor de unos 3.000 miembros de FEMA.
Pilas de escombros y destinos inciertos
El gobernador Rick Scott dijo que la zona noroeste de Florida, conocida como Panhandle, sufrió una “destrucción inimaginable”. “Muchas vidas han sido alteradas para siempre. Muchas familias lo han perdido todo“, lamentó.
Sin embargo, la verdadera magnitud de la fuerza de Michael apenas empezaba a conocerse, ya que algunas de las zonas afectadas eran de acceso difícil debido a los caminos inundados o cubiertos de escombros. Una franja de 130 kilómetros de la Interestatal 10, la principal autopista en dirección este-oeste a lo largo del Panhandle (el nombre con el que se conoce la parte noroeste del Estado de Florida), fue cerrada.
Uno de los lugares más afectados fue Mexico Beach, donde Michael tocó tierra el miércoles como un monstruo de categoría 4 (cercano a 5) con vientos de 250 kilómetros por hora. Un video tomado desde un drone mostró la destrucción generalizada en la comunidad de 1190 habitantes.
Manzanas enteras de casas cerca de la playa fueron reducidas a planchas de cemento en la arena. Otras quedaron convertidas en pilas de escombros o inclinadas en ángulos extraños. Techos completos fueron arrancados y cayeron en la calle.
Mientras miles de soldados de la Guardia Nacional, policías y equipos médicos se desplegaban, el gobernador exhortó a los habitantes de las zonas devastadas que de momento se mantengan alejados ante los peligros, que incluyen árboles y cables de electricidad derribados.
“Sé que sólo desean ir a casa. Quieren revisar sus cosas y comenzar el proceso de recuperación”, declaró Scott. “Pero tenemos que cerciorarnos de que sea seguro“, agregó.
Cinco estados sin luz
Más de 900.000 viviendas y negocios en Florida, Alabama, Georgia y las Carolinas carecían de electricidad. La Guardia Costera informó que había rescatado a 27 personas antes y después de que el huracán tocara tierra, la mayoría de ellas de casas a lo largo de la costa de Florida, y que buscaban más víctimas.
Nueve personas fueron rescatadas en helicóptero de un baño de su casa en la muy afectada Panama City después que su techo colapsara, de acuerdo con el suboficial de tercera clase Ronald Hodges.
En Panama City, la mayoría de las casas seguían de pie, pero no quedó propiedad sin daños. Había cables tirados por todos lados. Los techos fueron arrancados y arrastrados. Revestimientos de aluminio quedaron hechos jirones. Algunas casas fueron partidas por árboles caídos.
El huracán también dañó hospitales y asilos en la zona de Panama City, y funcionarios trabajaban para desalojar a cientos de pacientes.
No se podía llegar por tierra al hospital psiquiátrico de Chattahoocchee, que tiene un pabellón para los criminales dementes, así que los suministros y alimentos eran llevados vía aérea. Todas las comunicaciones quedaron suspendidas en todo el complejo de casi 1000 residentes y más de 300 miembros del personal. El único enlace que tenían con el exterior eran sus radios de emergencia.
De huracán a tormenta tropical
Mientras la tormenta avanzaba tierra adentro hacia el norte, causó caos en Georgia, se derivaron posibles tornados y derrumbó cables y árboles. Los meteorólogos pronosticaron que dejaría unos 18 centímetros de lluvia sobre Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia antes de volver al mar por la noche. Se reportaron inundaciones en Roanoke y en otras ciudades del suroeste de Virginia. Los automovilistas que quedaron atrapados en las inundaciones tuvieron que ser rescatados.
En las montañas de Carolina del Norte, los conductores tuvieron que ser rescatados de autos atrapados en las crecidas. Los vientos de Michael también derribaron árboles y el tendido eléctrico, dejando a cientos de miles sin electricidad. También se reportó una inundación repentina en las dos ciudades más grandes de Carolina del Norte, Charlotte y Raleigh.
Los meteorólogos dijeron que Michael seguía avanzando, pero ya como una potente tormenta tropical. El vórtice se ubicada a unos 8 kilómetros al noroeste de Roanoke Rapids, Carolina del Norte. Tenía vientos máximos sostenidos de 80 km/h. Se dirigía al noreste a 39 km/h. Se emitieron alertas de que podría ocasionar daños por la velocidad de sus vientos y provocar inundaciones repentinas en la región antes de avanzar hacia el mar.