La inestabilidad es uno de los peores entornos en el que nadan los mercados de deuda. Y el barullo en el que se ha instalado la política italiana ha tenido su respuesta en los mercados financieros.
En medio del problema generado por las nuevas medidas para impedir un procedimiento de infracción por parte de Bruselas, el pasado viernes, por primera vez desde 2008, la prima de riesgo del bono italiano a cinco años superó a la de la Grecia que hace unos meses quedó libre de los rescates.
Los elevados intereses de la deuda son una amenaza, si no la principal, para una economía cuya deuda representa el 132,2% del Producto Interior Bruto (PIB) y para la que los organismos internacionales prevén un anémico crecimiento de apenas una décima.
De ahí que ahora lo último que le convenga a Italia sea otro pulso con Bruselas. Roma recibirá este miércoles de la Comisión Europea una lista de reformas que debería ejecutar.
Pero, según fuentes comunitarias, el Colegio de Comisarios deberá decidir si existen motivos para meter a Italia en el brazo corrector de la UE por su elevada deuda.