Los tiroteos originados por operaciones policiales en varias favelas de Rio de Janeiro cerraron este jueves dos importantes arterias de la ciudad durante horas, provocando escenas de pánico entre los conductores y grandes atascos en plena hora pico.
«La Linha Amarela y la ruta Grajaú-Jacarepaguá siguen cerradas en los dos sentidos a causa de operaciones policiales. Eviten la zona», advertía al inicio de la mañana el Centro de Operaciones del estado de Rio (COR).
Las vías recién se liberaron dos horas más tarde.
El batallón de élite de la policía local (Bope) realizaba durante la mañana una operación en la Cidade de Deus, una de las favelas más violentas de Rio, situada a lo largo de la Linha Amarela.
La circulación estaba igual de afectada en la autovía Grajaú-Jacarepaguá -considerada como una alternativa a la Linha Amarela-, también cerrada por otra intervención policial contra el tráfico de drogas en la favela de Lins.
Importantes vías habían sido ya bloqueadas por las mismas razones en los últimos meses.
Cuando aún no se cumplen dos años de los Juegos Olímpicos, el estado de Rio de Janeiro, el segundo más rico de Brasil, es víctima de una aguda escalada de violencia.
Frente a la incapacidad de las autoridades locales para controlar la situación, el presidente Michel Temer confió por decreto el comando de las fuerzas de seguridad al ejército a finales de febrero, en una decisión muy polémica.
Pero la violencia continúa haciendo estragos en Rio de Janeiro, especialmente en las favelas, donde vive un cuarto de su población.