En las próximas semanas, la creciente tensión entre Estados Unidos e Irán podría pasar del campo a la retórica al de la acción. Al menos esto se desprende de la preocupación que demuestran ciertos funcionarios estadounidenses frente a la posibilidad de que los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (en la práctica, el brazo militar del país) ensayen un ejercicio naval, el cual piensan podrían implicar un mensaje encubierto.
En concreto, el temor que recorre al Departamento de Estado y el Pentágono es que este ejercicio militar en el golfo Pérsico sea una forma de Irán de demostrarle a Washington que es capaz de bloquear el acceso al estrecho de Ormuz, un delgado tramo que vincula el golfo Pérsico con el Mar Arábigo por el que se estima circula el 30% del crudo mundial.
“Somos conscientes de que las operaciones navales de Irán se han intensificado en la zona del golfo de Omán, el estrecho de Ormuz y el golfo Arábigo. Seguiremos monitoreando la situación, y continuaremos trabajando para asegurar que la libertad de circulación y el flujo comercial se mantengan en aguas internacionales”, declaró el capitán William Urban, vocero principal del Comando Central estadounidense.
De acuerdo a EE.UU., Irán ha logrado armar una flota de más de 100 barcos, la mayoría de los cuales son embarcaciones de circulación rápida. El ejercicio podría contar además con la participación de elementos aéreos y terrestres, como ser misiles defensivos en las costas y aviones. Se estima que cientos de tropas estarán involucrados en el ejercicio, y que hasta algunos miembros de otras fuerzas iraníes podrían ser de la partida.
Estrecho vital
Si bien el estrecho de Ormuz no es más que un delgado conducto marítimo, su importancia para el tráfico naval es clave desde hace varios siglos. Es el tramo por el cual se comunican el Océano Índico y los golfos Arábigo y Pérsico. Previo a la aparición de los imperios navales europeos de los siglos XV y XVI, fue el canal mediante el cual la porcelana china y las especies llegaban de Oriente a Asia Central y Europa.
En la actualidad, el estrecho separa a Irán de Omán y los Emiratos Árabes Unidos, dos países que tienen fuertes vínculos con Estados Unidos y Arabia Saudita. Todo el tráfico naval de los países de la región convergen en este canal, incluyendo el crudo y el gas natural que exportan Irán, Irak, Kuwait, Bahrain, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Junto con el estrecho de Malacca en el sudeste asiático, es el mayor “punto de estrangulamiento” para el comercio mundial de crudo.
El estrecho se convirtió en un punto estratégico durante la guerra entre Irán e Irak en la década del 80, ya que ambos países intentaban hundir los barcos petroleros del otro. Si bien el tráfico naval no se interrumpió durante el conflicto, la peligrosidad del asunto derivó en un alza masiva de los seguros que estos barcos deben sacar, lo que llevó a un incremento en los precios de la nafta en todo el mundo.