Finalmente la Asamble Nacional eligió a Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente de Cuba y sucesor de Raúl Castro.
La IX Legislatura de Cuba ratificó la designación del sucesor del presidente Raúl Castro con el 99,83% de los votos (602 de los 605 diputados) de la Asamblea Nacional del Poder Popular (el Parlamento unicameral).
Palabras inaugurales
“El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es dar continuidad a la revolución cubana en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que debemos avanzar en la actualización del modelo económico”, dijo Díaz-Canel en su primer discurso como gobernante ante la Asamblea Nacional.
Díaz-Canel dedicó “el primer pensamiento a la generación histórica que hizo la revolución” y señaló que “Cuba espera de nosotros que seamos como ellos”, en una señal de continuismo a su futura gestión.
Como presidente del órgano legislativo del Consejo de Estado, Díaz-Canel es automáticamente el presidente de la República y del Consejo de Ministros de Cuba.
Castro sigue en el poder
Raúl Castro, presidente saliente, seguirá ejerciendo como secretario general del Partido Comunista de Cuba hasta 2021, cuando cumpla 90 años.
Por eso, en su discurso de asunción, Díaz Canel aclaró que el hasta ahora presidente “encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación”,
Los vice
Fue elegido como primer vicepresidente el veterano dirigente Salvador Valdés Mesa, de 72 años. Para las cinco vicepresidencias restantes los designados son el “histórico” Ramiro Valdés; el ministro de Salud Roberto Morales; la contralora general, Gladys Bejerano; la directora del Instituto de Recursos Hidráulicos de Cuba, Inés María Chapman; y la presidenta de la Asamblea provincial de Santiago de Cuba, Beatriz Johnson.
El Consejo de Estado está integrado además por otros 23 vocales y un secretario, cargo en el que repetirá Homero Acosta.
Los desafíos del nuevo gobierno
El nuevo presidente tendrá que mantener el equilibrio entre la reforma y el respeto a los principios revolucionarios, pero deberá esforzarse por actualizar el modelo económico, un proyecto iniciado por Raúl Castro.
La tarea más urgente es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales -que son la mayoría en la isla-, situación que genera distorsiones en una economía golpeada además por el embargo impuesto por Estados Unidos desde 1962.
A nivel diplomático, el futuro jefe del ejecutivo cubano deberá lidiar con el retorno de Washington al lenguaje de la confrontación, recrudecido con la llegada de Donald Trump al poder, quien dio marcha atrás al acercamiento de finales de 2014.
Se espera el nombramiento de nuevos integrantes del Consejo de Ministros en los próximos días. Especialistas creen que la nueva configuración del poder cubano estará menos centralizada.