Los niños pertenecientes a un equipo de futbolistas y su entrenador ingresaron en la cueva Tham Luang-Khun Nam Nang Non en la provincia de Chiang Rai, en Tailandoa, la semana pasada. Desde ese entonces, no se tiene contacto con ellos y se espera lo peor tras lluvias torrenciales que los dejaron bloqueados y encerrados en las cuevas.
Es una de las cuevas más grandes y peligrosas del país con unos diez kilómetros de largo.
En esta época de lluvias, las inundaciones pueden volver intransitables los pasadizos e imposible la salida al exterior.
A pie, en bicicleta, en helicóptero y con drones se busca sin descanso otra entrada a la cueva. Los buzos también exploran sin parar, pero se desconoce dónde está el grupo.
“Luchamos contra el tiempo y el agua para salvar estas 13 vidas”, aseguró el gobernador Narongsak Osottanakorn.