Los socorristas guatemaltecos continuaban este lunes extrayendo cuerpos calcinados de las víctimas bajo toneladas de flujos de lava y piedra lanzados por el Volcán de Fuego durante una potente erupción.
Según el director del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, Fanuel Garcia, ya han recuperado 62 cadáveres y hay al menos 3200 personas que debieron ser evacuadas.
Los cuerpos fueron localizados en las comunidades de Los Lotes y El Rodeo, y hasta ahora sólo se han identificado a 13 de los fallecidos. Autoridades guatemaltecas habían dicho poco antes que la cifra de fallecidos era de 33 personas, aunque advirtieron que temían que aumentaría. De acuerdo con las cifras oficiales, hay además 1,7 millones de afectados y 1.711 personas refugiadas en albergues.
El Volcán de Fuego, al oeste de Ciudad de Guatemala, hizo erupción el domingo y habitantes de algunos pueblos cercanos tuvieron poco tiempo para escapar.
El presidente Jimmy Morales y la primera dama, Patricia de Morales, viajaron este lunes a las zonas más afectadas para constatar la devastación dejada por el volcán, ubicado a 55 kilómetros de Ciudad de Guatemala, en varios poblados.
El Volcán de Fuego, uno de los tres activos que hay en el país -con 32 volcanes en total-, y una altura de 3.763 metros, está ubicado en una zona donde se unen tres de los 22 departamentos de Guatemala: Escuintla (sur), Sacatepéquez (centro-sur) y Chimaltenango (oeste).
El Gobierno de Guatemala declaró anoche duelo nacional por tres días por la “irreparable pérdida de vidas humanas” en la tragedia.
La ceniza que expulsó el volcán se expandió hasta 60 kilómetros y llegó hasta Ciudad de Guatemala. Esto obligó a la suspensión de operaciones en el aeropuerto internacional La Aurora, en la capital, tanto para vuelos privados como comerciales.
Bomberos, soldados y policías se abrían paso entre los techos de decenas de casas arrasadas por el deslave de lodo y ceniza ardiente que el domingo provocó el pánico en la pequeña comunidad.
La villa y otras comunidades vecinas que estaban acostumbradas a la constante furia del coloso, y que también resultaron afectadas, cuentan hasta al momento más de 60 muertos, aunque la cifra podría aumentar ante los reportes de varias personas que dicen tener familiares desaparecidos.
El panorama es desolador en toda el área. Ropa tendida cubierta de ceniza, comida aún en la mesa y aves de corral que deambulan, dan indicios del pavor que sufrieron los habitantes del caserío. Perros y gatos también murieron quemados y las mascotas que quedaron vivas se refugian en las casas.
Un grupo de pobladores del lugar con pañuelos en los rostros se protegen del polvo e intentan hallar a sus amigos y vecinos entre los escombros. Más allá en la carretera cuatro vehículos semidestruidos atrapados entre la espesa ceniza evocan la dimensión de la tragedia.
El alcalde de Escuintla, Abraham Rivera, dijo que durante la erupción del domingo el material piroclástico del coloso se desbordó de la ladera por la que descendía normalmente, lo que dio un estrecho margen para evacuar. Más de un millar de moradores de Los Lotes y otras aldeas afectadas aguardan en albergues sin saber si volverán a sus casas tras el miedo que les dejó la explosión.
Este volcán provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción en el país, lo que causó la evacuación de unos 10.000 habitantes asentados al sur del coloso.