Hoy, después de cuatro décadas de búsqueda, el Departamento del Sheriff del Condado de Ventura confirmó que Joseph James DeAngelo (72 años) fue detenido en relación con dos asesinatos.
En su sangriento historial figuran 12 homicidios y 45 violaciones. También 120 robos a propiedades en varias comunidades entre 1977 y 1986. La edad de sus víctimas eran dispares. Se hallaban entre los 12 y los 41 años.
Entre sus víctimas siempre había una mujer. No importaba si viviera sola, con sus hijos o con sus maridos. El patrón se repetía siempre. DeAngelo atacaba de noche, entre los condados que se encuentran entre Sacramento y Orange.
Sus ataques tenían una similitud: encandilaba con una linterna a sus víctimas mientras sostenía un arma o un cuchillo. Siempre llevaba una tenebrosa máscara. Luego las ataba con una cuerda. Por lo general lo hacía con cordones de los propios zapatos de las víctimas, que luego se llevaba.
Según los testigos que pudieron sobrevivir a su brutalidad, DeAngelo siempre hablaba con los dientes apretados, distorsionando su voz, para que no pudieran reconocerlo en caso de una ronda de identificación o de un interrogatorio.
Cuando irrumpía en una vivienda, violaba a sus dueñas y parecía un tornado haciendo un saqueo absoluto. Barría con todo en busca de lo más valioso. También su lado sádico se evidenciaba tras finalizar su tarea. En algunos casos, permanecía durante horas después del ataque en las casas violentadas e incluso cocinaba comidas.
Antecedentes
El historial de DeAngelo es truculento. El 2 de febrero de 1978, Brian Maggiore y su esposa Katie decidieron dar una caminata nocturna con su perro por Rancho Cordova, el vecindario en el cual vivían. Fue allí cuando fueron sorprendidos por DeAngelo, perseguidos y asesinados.
Pero además de matar y violar, DeAngelo también robaba viviendas del Área de la Bahía de San Francisco. De ellas intentaba llevarse objetos pequeños, pero de gran valor, como joyas, monedas de oro y cualquier otra cosa que encontrara.
Durante 30 años logró refugio en Citrus Heights. Sus vecinos lo describieron como un hombre activo, agradable, con algún que otro estallido de insultos.


