Un Boeing 737 de Southwest Airlines que había despegado del Aeropuerto La Guardia (Nueva York) rumbo a Dallas tuvo una explosión en el motor izquierdo por causas que aún se investigan.
Los restos de la cubierta de la turbina rompieron la ventanilla en la fila 17 y causaron la muerte de Jennifer Riordan, una ejecutiva bancaria madre de dos hijos.
Justo en su ventana golpearon algunos fragmentos del motor, rompiendo el fuselaje y provocando una súbita descompresión. Riordan se desmayó de inmediato, bañada en sangre, pero la descompresión hizo que casi fuera succionada por el boquete, al punto que otros pasajeros debieron sostenerla para que no cayera al vacío.
Entre las 149 personas a bordo (144 pasajeros y cinco tripulantes), se registraron además 7 heridos leves.
La piloto
La pericia de la comandante, una mujer que nunca perdió la calma, hizo que la máquina consiguiera aterrizar de emergencia en Filadelfia, donde ya se había montado un enorme operativo de socorro.
En un comunicado, Southwest confirmó la muerte de una persona y dijo estar «devastada por este trágico accidente».