Mark Zuckerberg, presidente ejecutivo de Facebook, debió comparecer ante el Congreso de los Estados Unidos para explicar cómo se dio la filtración de datos personales de 87 millones de usuarios de su red social.
El joven empresario utilizó un tono conciliador tratando de mitigar posibles consecuencias regulatorias derivadas, así como para transmitir calma a los inversores que han huido de sus acciones en la bolsa.
Zuckerberg admitó, con disgusto, que los perfiles de la mayoría de los usuarios de su red social es vulnerable a ataques de este tipo. Una potencial base de datos de 2.200 millones de personas.
“No hicimos lo suficiente para evitar que estas herramientas se usaran también para hacer daño. Eso incluye las noticias falsas, la interferencia extranjera en las elecciones y los discursos del odio, así como los datos privados y los desarrolladores. No tuvimos una visión lo suficientemente amplia de nuestras responsabilidades y eso fue un gran error. Fue mi error y lo siento. Yo empecé Facebook, yo lo dirijo y yo soy responsable por lo que ocurre aquí”.
Zuckerberg, quien fundó Facebook en su residencia de la Universidad de Harvard en 2004, está luchando por demostrar a sus críticos que es la persona correcta para seguir liderando la que se ha convertido en una de las mayores compañías del mundo.