La de este miércoles fue una jornada con escasa información y anuncios en la superficie pero intensas negociaciones informales, que se caracterizaron por la ruptura entre los socios populistas del Movimiento 5 Estrellas, de Luigi Di Maio, y la Liga del xenófobo Matteo Salvini.
Las tensiones fueron muy altas, pese que los mercados financieros vivieron una pausa tras la gran tormenta del martes que desde Italia contaminó a toda Europa.
Entre los escenarios posibles se volvió a plantear la formación del gobierno populista que se hundió el domingo por el rechazo del presidente Sergio Mattarella a la candidatura a ministro de Economía del profesor Paolo Savona.
La alternativa es que Mattarella mande al Parlamento el gobierno “de servicio” con el execonomista del FMI Carlo Cottarelli como primer ministro, que habló dos veces con Mattarella en forma reservada. Pero la formación del Ejecutivo “técnico” también dividió a los dos partidos populistas que ahora dominan el panorama político italiano en esta nueva y turbulenta era que nació con las elecciones generales del 4 de marzo.
Pérdidas
Según estimaciones oficiales, desde el 4 de marzo la Tercera República populista ya costó en pérdidas financieras más de 200 mil millones de euros.
El presidente Mattarella no anunció decisiones en esta jornada que selló el fin de la alianza entre los dos grandes partidos populistas, pero no puede prolongar mucho los tiempos.
Este jueves tiene que elegir entre el camino del gobierno “político” de los populistas, una opción devaluada, o el gobierno “de servicio” de Cottarelli, que nace muerto porque la decisión de Luigi Di Maio y los “grillinos” de votarle “no” arruina la alternativa de permitir a Cottarelli prolongar al Ejecutivo “del presidente” hasta al menos septiembre u octubre, ayudado por la Liga de Salvini.